Sobre el futuro del periodismo se ha dicho de todo. Se ha compuesto un musical, se han escrito sesudas reflexiones, se han elaborado decálogos, se ha debatido en congresos… En fin, que ya se cuentan por cientos las propuestas, más o menos afortunadas, para refundar un modelo anticuado cuya inviabilidad las cifras (tanto de rentabilidad como de audiencias), enfrascadas en una dinámica de caída libre, se han encargado de demostrar. Sin la necesaria renovación, el futuro de los medios pinta muy negro, o en escala de grises, según la peculiar visión de cada analista. Pero, está claro, en esto sí que se ponen de acuerdo, que el futuro pasa por el cambio, por la transformación radical de lo que conocemos hasta ahora: una verdadera revolución.

En lo que a mí respecta (mi visión es buena, sobrevivo sin gafas, pero no es profética) son dos los principales frentes en los que debe darse dicha revolución: el aspecto y los contenidos.

  1. El aspecto:

    Los aires de cambio llevan ya largo tiempo acariciando a los medios en lo que respecta a la apariencia externa. La prensa escrita ha visto nacer un nuevo look (el ‘viewspaper’) que bebe hasta la saciedad de los manantiales de la Red. El nuevo mantra es la navegación, la doble lectura. Sabemos que el lector nacido al calor de las tecnologías no profundiza en las páginas, las escanea. ¿Por qué negarnos a aceptarlo en lugar de darle lo que pide? Eso es lo que tratan de hacer los viewspaper, a través de más y mejores despieces, fotografías impactantes, identificación de las secciones y subsecciones por colores y, sobre todo, infografía. Pero no es suficiente. Todavía se parece demasiado al pasado como para triunfar en el presente.
    Varias son las alternativas si el papel quiere sobrevivir en el nuevo ecosistema mediático. El problema es que en su mayoría parecen sacadas de la ciencia ficción. Por ejemplo:

    • E-Ink: ¿y si las fotos del diario en papel se cambiaran por galerías y vídeos? ¿y si un sencillo y diminuto chip nos ofreciese la contextualización y la actualización que el diario tradicional no puede? De momento, la tecnología necesaria para hacerlo está en pañales, pero ya se han hecho interesantes experimentos aplicados al ámbito de la publicidad. Más que recursos, lo que falta es voluntad. De hecho, ya contamos con un gadget capaz de andar los primeros pasos: su nombre es Kindle. ¿Tendremos algún día entre las manos un periódico como el que imagina Microsoft?
    • Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.
    • Printernet: el diario ‘a la carta’ no es una posibilidad ceñida a la pantalla de un ordenador. Imagina que fuera posible seleccionar vía Internet, antes de salir de tu casa, los contenidos del periódico que vas a adquirir en el kiosco (o en la reprografía, vete tú a saber) de enfrente. ¿No sería esto un aliciente capaz de tumbar la sensación de estar leyendo las noticias de ayer? Lo sé, la inversión en tecnología y maquinaria sería carísima y se seguirían matando los mismos árboles. Pero una idea es una idea y, a falta de un consenso claro, lo más sensato es escucharlas todas.
  2. Los contenidos:

    Es frecuente oir, cuando se discute del futuro de la prensa, afirmaciones como estas:

    • El papel tiene que convertirse en un espacio para el interpretación y el análisis, para la profundización, para los reportajes. Si ya lo decía Álex Grijelmo en 2005… La Red ya ofrece la actualidad inmediata, ¿por qué intentar competir con ella precisamente dónde es más poderosa?
    • La gente ya no quiere leer el diario entre semana. El futuro de la prensa es desaparecer. Sólo se salvarán los dominicales (precisamente porque tienden a lo expuesto en el punto anterior). ¿Están seguros? Tengan en cuenta que la inversión publicitaria en la Red ya supera la del periódico de los domingos
    • Los lectores se han malacostumbrado. Piensan que la información es un bien gratuito, sin valor, pura commodity. Lo que tenemos que ofrecérles es precisamente eso. Sólo se salvará la prensa gratuita.

Sin ir más lejos, podemos encontrar este punto de vista en el video presentación del nuevo diario digital de Mario Tascón, Lainformación.com, cuya filosofía pasa por dejar atrás la prensa de papel. Quemando periódicos si es necesario. Si es que no se están quemando ellos solitos

Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

El caso es que ninguno de estos argumentos me parece revolucionario. A mi juicio, sólo son parches para aguantar el tirón, para alargar la agonía unos cuantos años. Nada sustancial. No pongo en duda que se deban (o no) aplicar estas medidas. Lo que pongo en duda es su éxito si no se acompañan de la revolución tecnología a la que me he referido en el punto anterior. El problema no es el contenido (a menudo tenemos exactamente el mismo en la prensa digital), sino los formatos (la gente se ha acostumbrado al video y los sonidos. ¡Y les gusta!) y las posibilidades de personalización. Por eso no me parece tan descabellada la idea de avanzar hacia un periódico tecnológicamente avanzado (como el que anticipa la tinta electrónica) y diseñado «a la carta» (como el que ofrece Printernet). Ahora sólo hay que buscar la manera de hacerlo rentable. Pero eso no me corresponde a mí. Ya he dicho que esto no es un blog de finanzas.

Así que, una vez expuestas las que a mi juicio son las bases del cambio, sólo me queda desearles suerte a los encargados de afrontarlo. La van a necesitar.